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Contenido:

La voladura del crucero norteamericano Maine fue el detonante para provocar una reacción antiespañola en los Estados Unidos, con el beneplácito de las dos Cámaras, orquestada por el Journal, diario del magnate Hearst.

España en el fondo no deseaba la guerra, pero la retórica demagógica de los políticos, al sentir un falso orgullo por las humillaciones soportadas por España al ser menospreciados sus derechos, despertaron un patriotismo patriotero consecuente de su insensatez, al no analizar la realidad.

Una triste realidad, los españoles no disponían de una escuadra en igualdad de condiciones con las armadas de las potencias contemporáneas.

Cuando la escuadra tomó rumbo a las Antillas, sin tener en consideración las repetidas advertencias proféticas del del almirante Cervera, los buques tuvieron dificultades para carbonear, no disponían del armamento ni del blindaje adecuado para enfrentarse a los norteamericanos, que contaban con unas fuerzas navales con un poderío enorme, capaces de atacar a la Península, sus islas y cualquier territorio de ultramar.

Víctor Concas, comandante del buque insignia de la escuadra de Cervera, narra magistralmente todas las peripecias y contratiempos, la epopeya de Santiago de Cuba y el regreso a España.



Índice:

Prólogo

¡El 3 de julio de 1898!

CAPÍTULO I
Razón del silencio tenido hasta hoy
Apreciaciones de opinión pública
Dificultad de comentar sucesos tan recientes para oficiales en activo servicio
Ocasión perdida de salvar la patria
La prensa española y la prensa americana, inglesa, francesa y de otros países, especialmente los escritores profesionales.

CAPÍTULO II
Propósito del Gobierno español no realizado de evitar la guerra a toda costa.
Estado de nuestras fuerzas
Los oficiales de Marina no podían hablar públicamente de nuestras fuerzas comparadas por estar prohibidas por la ley.
Un nuevo Trafalgar
¿Por qué no se acudió al patriotisma de la prensa?
La conferencia del Sr. Concas en la Sociedad Geográfica
Los diplomáticos y marinos han avisado a tiempo
Viajes del Maine, Vizcaya y Oquendo.
Telegrama a Manila para que la escuadra americana fuese recibida amistosamente
Dispersión de nuestros buques
Prohibición de hacer preparativo alguno
Estado en que se aceptó la guerra
Influencia de los oficiales de Marina americanos en las Cámaras de su país
Castelar y las fantasías de los Estados Unidos
Anglomaniacos
Sin el apoyo de la opinión pública, las fuerzas militares podrán alcanzar la victoria, pero no conseguir el éxito

CAPÍTULO III
La escuadrilla de Villaamil e imposiciones diplomáticas
Viaje de la escuadra del almirante Cervera a la isla de San Vicente de Cabo Verde
Unión a la escuadra de los cruceros Oquendo y Vizcaya
Llegada de las instrucciones en el vapor carbonero San Francisco
Carbón en San Vicente
Memorable junta de guerra del 20 de abril de 1898.
Discusión de los proyectos
Filipinas era lo más urgente
Proyecto de regresar violentamente a la Península
Telegrama al Gobierno
Comunicaciones del día siguiente que han desaparecido de los archivos
Telegramas al Gobierno invocando la salvación de la patria.
Telegrama del Sr. Moret "¡Dios los bendiga!"
Junta de Almirantes en Madrid
Gestiones extraoficiales de algunos
Carta del señor Silvela contra la salida
¡Finis Hispaniae!

CAPÍTULO IV
Documentos y comentarios

CAPÍTULO V
Salida y viaje a las Antillas
La escuadra
Llegada a las aguas de la Martinica
Falta de noticias y nuestro Cónsul
El vapor Alicante y noticias de su Capitán

CAPÍTULO VI
Junta de guerra en el mar de las Antillas
La Habana, Cienfuegos, Santiago de Cuba y San Juan de Puerto Rico
Curaçao
El telégrafo
El carbón en tiempo de guerra
El Oregón
En Curaçao y sin noticias
Viaje a Santiago de Cuba
En Santiago
Órdenenes para que la escuadra regresase a España
Observaciones de los Gobernadores generales de nuestras dos Antillas

CAPÍTULO VII
Situación militar y política de Santiago de Cuba
Brindis del Arzobispo
El hambre
Estado del Ejército
Defensas de la boca de la bahía
El carbón y las máquinas
Unión fraternal del Ejército y de la Marina
Los generales Linares y Cervera
Junta de guerra a bordo del Teresa
Estudio de operaciones posibles
El bloqueo
Junta de guerra del 26 de Mayo
Opiniones de salida por creer era deseo del Gobierno la más pronta destrucción de la escuadra para llegar a la paz.
Ataques a Santiago
El Merrimac
Situación después del desembarco de Shafter
Bloqueo de noche
Desembarcan 1.000 marineros de nuestra escuadra
Herida mortal del valiente capitán de navío Bustamante, Jefe de Estado Mayor de la escuadra
Telegramas y consideraciones sobre ellos
Apremio para la salida de la escuadra
"Salga D. E. inmediatamente"
La política y la salida de Cabo Verde

CAPÍTULO VIII
Situación de la escuadra
Datos importantes y defectos del material
Comparación con la escuadra enemiga en términos al alcance de todos
Comandantes a la orden y plan de batalla

CAPÍTULO IX
Embarque de las compañías desembarcadas
Razón táctica desfavorable de las condiciones de la boca del puerto que dio carácter al combate

CAPÍTULO X
El 3 de Julio de 1898
¡Pobre España! Extensa y completa descripción del combate, con dos mapas

CAPÍTULO XI
Capítulo profesional
Cruceros y acorazados
Desigualdad de bajas en todo combate naval
Los fogoneros
Carboneras de combate
Las carboneras
El combustible líquido
Cómo deben darse al público los consumos de carbón
Los ventiladores y las cenizas
Las juntas de los tubos y los escapes de vapor
Red de tubería de vapor de las máquinas auxiliares
La temperatura bajo las cubiertas acorazadas
Motores eléctricos y estación central
La red de contraincendios
Los casquillos vacíos
Parques auxiliares
Tiro por andanadas
Parapetos provisionales
Los torpedos
Botes
Torres de combate
Transmisión de órdenes
Las ropas y efectos de las tripulaciones
La faena de hacer carbón y las baterías
Comidas extraordinarias
Los ranchos chicos
La enfermería de combate y sus horrores
Los destructores de torpederos y sus tripulaciones
Dualismo que el telégrafo impone en el mando y cómo podría resolverse en China
Armamento portátil
Heridos
Termina este capítulo

CAPÍTULO XII
Las tripulaciones náufragas en la playa
Campamento de Cebreco
Las tripulaciones del Oquendo y María Teresa
Heridos y sepultura a los cadáveres
Socorro de los americanos
La gente de sus botes desbalija a los marineros
El Gloucester
Los hospitales flotantes Olivette y Solace
De todo hubo, bueno y malo
El hospital de Norfolk y admirable comportamiento de los doctores Cleborne y Kite
Vade retro a los reporters
Mr. Arthur C. Humphreys, que había sido nuestro Agente consular
El Harvard y sus horrores
Muertos, heridos y moribundos al llegar a Portsmouth
Portsmouth y mal trato de los prisioneros
Noble conducta del almirante Mac-Nair en Annapolis con nuestros prisioneros
Órdenes del Gobierno americano de que fueran los prisioneros tratados con toda clase de consideraciones
¡Pequeñeces!
La correspondencia intervenida
Estuvo todo bien en general, pero ni con mucho lo que ellos dicen.
Noticia secreta
El Gobierno español ponía dificultades a nuestra libertad, según el de Washington.
No se nos permitió ir con el vapor a un Departamento marítimo
Nuestros queridos compañeros van a Santander a recibirnos

CAPÍTULO XII
Resumen

ÍNDICE ONOMÁSTICO